miércoles, 11 de diciembre de 2013

Humo

Habemus verbum, que diría el Cónclave. Sale gas blanco de la chimenea, avisando a lectores de la nueva elección de vocablo a definir.
Asfixia personificada en techos de grandes ciudades revestidas, bajo la azul bóveda, con una fea boina grisácea de moda. Es la obligación de aquellos amantes de lo metropolitano que, sabiéndolo, mueren por culpa de un exceso del corazón, ¿será que el amor nos vuelve tontos? ¿Por qué no hacemos caso a la razón de los pulmones? Se me ocurre un haiku:

Pulmones dando
vida; seres humanos
que ahogan el aire.

Comunicación no verbal de indios que murieron por su inhalación, no por aquellos vaqueros del lejano Oeste.
Sinónimo de bienvenida en casas que huelen a leña; también de sordera, pues mi madre ya se queja de la falta de oído que le ha dejado el extractor de la cocina.

Fotografía de Vigía

8 comentarios:

  1. Lo acabo de flipar, Vigía. Relato, definición y haiku incorporado.

    Sabía de tu destreza para introducir microrelatos dentro de los relatos, pero esta innovación me ha dejado KO.

    Te aplaudo. Un abrazo *

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Renovarse o morir, creo que ha llegado la hora de lo primero que para lo último ya habrá tiempo...
      ¡Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado.
      Un fuerte abrazo.
      P.D: Recupérate de ese KO ;)

      Eliminar
  2. Original como el resto. Y especial por ese haiku tan maravilloso.

    Un abrazo, artista.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Li.
      Intento moverme por la originalidad, aunque a veces falle...

      ¡Un fuerte abrazo desde mi artista! Gracias por comentar.

      Eliminar
  3. Llegar a blogs lindos como este mediante redes sociales me llena de alegría

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias, anónimo/a!
      Me alegra que te haya gustado.
      ¡Un fuerte abrazo!

      Eliminar