Habemus verbum, que diría el
Cónclave. Sale gas blanco de la chimenea, avisando a lectores de la nueva elección
de vocablo a definir.
Asfixia personificada en techos de grandes ciudades revestidas, bajo
la azul bóveda, con una fea boina grisácea de moda. Es la obligación de
aquellos amantes de lo metropolitano que, sabiéndolo, mueren por culpa de un
exceso del corazón, ¿será que el amor nos vuelve tontos? ¿Por qué no hacemos caso
a la razón de los pulmones? Se me ocurre un haiku:
Pulmones dando
vida; seres humanos
que ahogan el aire.
Comunicación no verbal de indios que murieron por su inhalación, no
por aquellos vaqueros del lejano Oeste.
Sinónimo de bienvenida en casas que huelen a leña; también de sordera,
pues mi madre ya se queja de la falta de oído que le ha dejado el extractor de
la cocina.
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Fotografía de Vigía |
Lo acabo de flipar, Vigía. Relato, definición y haiku incorporado.
ResponderEliminarSabía de tu destreza para introducir microrelatos dentro de los relatos, pero esta innovación me ha dejado KO.
Te aplaudo. Un abrazo *
Renovarse o morir, creo que ha llegado la hora de lo primero que para lo último ya habrá tiempo...
Eliminar¡Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado.
Un fuerte abrazo.
P.D: Recupérate de ese KO ;)
Original como el resto. Y especial por ese haiku tan maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo, artista.
Muchísimas gracias, Li.
EliminarIntento moverme por la originalidad, aunque a veces falle...
¡Un fuerte abrazo desde mi artista! Gracias por comentar.
grand3
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarLlegar a blogs lindos como este mediante redes sociales me llena de alegría
ResponderEliminar¡Muchas gracias, anónimo/a!
EliminarMe alegra que te haya gustado.
¡Un fuerte abrazo!