Boca terrestre que, en su vocalización, genera grandes desastres
ladera abajo. Pueblos enteros cayeron ante la ingenuidad de construir a los
pies de la tragedia. Su ácida salivación es producto de años de digestión en el
núcleo estomacal, provocando que, en su explosión
lavática de vocablos y piroclastos, eche malos humos a la
superficie.
Expertos geólogos determinan la mudez de estas, denominándolas: bocas dormidas; pero ¿quién sabe cuándo
pueden volver a despertar?
|
Fotografía del Vigía |
Muy fan de la frase/pregunta final.
ResponderEliminarGenial definición, as usual *
Mil gracias por erupcionar conmigo...
Eliminar¡Un fuerte abrazo!
Con la boquita cerrá y a vomitar al baño. Es genial:)
ResponderEliminarLa boca nos pierde, en ocasiones es mejor pasear y abrirla en el campo...
Deberíamos aprender de los vocanes, ellos siempre tan elegantes en la expulsión de piroclastos...
Eliminar¡Gracias por tu comentario!