miércoles, 25 de septiembre de 2013

Reloj

Esfera condenada al tiempo que marcan sus agujas: una, ligera, que recorre los sesenta espacios en el mismo crono en el que su predecesora, más ancha y más larga, transita uno; la corta y gorda se entretiene observando con tranquilidad el paisaje intercalado de nones y pares que dan la hora.
Cachivache rechoncho tan capaz de despertar a perezosos inquilinos de entre las sábanas, como de ser el objeto de insultos nada más empezar la jornada. Venerado por los precisos transeúntes y odiado por los impuntuales. Su fácil manejo es la artimaña perfecta de jóvenes adolescentes que llegan tarde a casa: Papá, por mi reloj he llegado a la hora que me dijiste. Virus actual de zombis con prisas.
Hogar que habita el Titán Cronos, tras ser encerrado por sus hijos Zeus, Hades y Poseidón.

Fotografía de Vigía

6 comentarios:

  1. Absolutamente M A R A V I L L O S O

    Me has dejado boquiabierta y sin palabras (¿raro eh?) ;)

    Eres un artista de las letras, de las palabras y de las fusiones entre relatos y fotos...

    Tu don es un regalo, Vigía.

    Que nada ni nadie te pare. No te dejes nada ahí dentro...

    Te felicito por tu genial difinición.

    Un beso *

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    1. Muchas gracias por dar cuerda a este reloj. Bonitas palabras las tuyas, no las merezco, pero las agradezco. Un fuerte abrazo.

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  2. Buah, qué bien haberte descubierto! Bueno, genial todas las acepciones de reloj, es algo que despierta sentimientos tan encontrados!! jajaja...

    María

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    1. ¡Muchas gracias, María!
      Me alegro que me hayas encontrado y puedas unirte a estas humildes letras escritas con cariño. Me alegra que te guste. Entra, ponte cómoda, estás en tu casa.

      Un fuerte abrazo.

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