jueves, 8 de agosto de 2013

Sin perdices

Hubo una vez
un cuento con final
vegetariano.

Fotografía del Vigía

4 comentarios:

  1. M A R A V I L L O S O haiku.

    Un cuento precioso, con un mundo genial, y unos personajes impredecibles...

    Me ha encantado tu poesía, y la foto. Creo que conozco el libro ;) disfrútalo.

    Enhorabuena *

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pensándolo fríamente esta mañana me percaté de que me he cansado de finales carnívoros: ¡pobres perdices!
      Por ello rescaté el capítulo de las rosas en "El principito".

      ¡Mil gracias!

      Eliminar
  2. Ojalá un micromundo inventado por nosotros y cerradito como una burbuja donde sólo los buenos sentimientos fluyan para retroalimentarnos...

    Los ojalás se cumplen, gracias al karma...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Discrepo, los ojalás se cumplen gracias a las intenciones de las personas...
      Los micromundos se crean en pequeños instantes, sólo hay que saber darse cuenta de ellos.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar