domingo, 21 de julio de 2013

Volcán

Boca terrestre que, en su vocalización, genera grandes desastres ladera abajo. Pueblos enteros cayeron ante la ingenuidad de construir a los pies de la tragedia. Su ácida salivación es producto de años de digestión en el núcleo estomacal, provocando que, en su explosión lavática de vocablos y piroclastos, eche malos humos a la superficie.
Expertos geólogos determinan la mudez de estas, denominándolas: bocas dormidas; pero ¿quién sabe cuándo pueden volver a despertar?

Fotografía del Vigía

4 comentarios:

  1. Muy fan de la frase/pregunta final.

    Genial definición, as usual *

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  2. Con la boquita cerrá y a vomitar al baño. Es genial:)
    La boca nos pierde, en ocasiones es mejor pasear y abrirla en el campo...

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    1. Deberíamos aprender de los vocanes, ellos siempre tan elegantes en la expulsión de piroclastos...
      ¡Gracias por tu comentario!

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