A quien camina.
Se había anclado a un paraje de inhóspitas ruinas. Sus susurros, convertidos en ecos resonantes, se aferraban a unos agrietados talones dubitativos en el ralentí de sus pasos. Consiguió zafarse:
A la deriva y sin razón, navegaba
el alma por un río de sal y cantos afilados, perdiendo toda sensibilidad y
afecto por aquello que envolvía su camino. Los pensamientos, golpeados por la
furiosa corriente que amenazaba con sepultarla bajo los rescoldos de una vida
anterior, permanecían ocultos en su cabeza. Entonces, la valía de su cuerpo
arrastró de ella.
Hoy pasea por la vía hacia su nueva vida.
Fotografía del Vigía |
Nueva vida llena de TODO "de verdad"...
ResponderEliminarP.D: tengo que confesar que aunque puedo hacerlo sola y en equilibrio, camino mejor cogida de tu mano... con todo lo que eso conlleva.
Además, quiero.
Gracias por caminar cogida a mi. Me gusta aprender y más si es a tu lado. Todo y de cero.
EliminarPrecioso relato que anima a seguir caminando con la vista al frente...
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias!
EliminarSigamos caminando...